jueves, 9 de agosto de 2012

En Hidalgo: nahuas, otomíes y tepehuas, primeros


El texto que a continuación transcribo, escrito por Concepción Ocádiz y publicado en El Sol de Hidalgo, muestra un panorama general de los indígenas en el estado de Hidalgo.


Tulancingo, Hidalgo.- Llenos de misticismo, tradición, aromas y todo un mosaico cultural que los hace únicos, son los pueblos indígenas. En Hidalgo, los principales son los nahuas, otomíes y tepehuas.De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), de los cuatro mil 596 asentamientos de Hidalgo, 786 son eminentemente indígenas; reúnen a 66.8 de los hablantes y a 12.7 por ciento de la población total del estado.

Sobresalen: Jaltocán, con 91.6 por ciento de hablantes, y por su monto, ocho mil 604, Huejutla de Reyes, ambos ubicados en la Huasteca.

En 159 localidades los hablantes constituyen entre 50 y 69.9 por ciento; en ellas residen 9.3 de ellos y 2.8 por ciento de la población en su conjunto.

Parlantes de lenguas que se resisten a morir o a quedar en el olvido -en Hidalgo se censan 369 mil 549 personas que hablan algún dialecto-; del mismo modo orgullosas, las mujeres, principalmente, portan trajes típicos elaborados por ellas mismas.
  


HOY, DÍA INTERNACIONAL DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS
Este día se celebra el Día Internacional de los Pueblos Indígenas, que igualmente se distinguen por sus sabores, a través de su gastronomía, pasando por la magia por medio de hierbas.

Por cierto, en México se estima que hay más de cuatro mil plantas con propiedades curativas que llegan a usar las etnias de todo el país.

Qué decir de los chamanes, ungüentos y curas, que son parte de los símbolos que distinguen a quienes visten largas naguas color negro y blusas bordadas a mano, donde la vista se ha quedado, en esos hilos de colores, que pareciera cobran vida.

Esa creencia ancestral que se contextualiza entre lo mágico y maravilloso de estas etnias, y que haciendo rituales de abundancia como la danza del Xochimapal, es parte de su esencia.

Todos, formando parte de un impresionante caleidoscopio cultural, en Hidalgo se censan poco más de 500 mil personas que representan casi un 25 por ciento de la totalidad.

Quienes integran los pueblos indígenas creen en la fuerza de los elementos que les provee la Madre Tierra.
Y en medio de un sincretismo, no dejan de tener fe en un dios; a los médicos brujos de la misma manera se les ve como los sabios o maestros o como los "tatas".

De estos chamanes, hay quienes dan el servicio porque dicen tener un "don"; otros venden sus sesiones, y hay quien paga elevadas cantidades porque la creencia de que es "bueno" se arraiga a través de las recomendaciones.

De hecho, son más hombres que mujeres quienes se dedican a la magia, aunque hay sus excepciones.



TODO UN MOSAICO CULTURAL
El rol de las mujeres se centra en gran medida en el hogar, la siembre y cosecha; a cuidar a los hijos, y a seguir luchando por que sus derechos sean respetados.

Cómo olvidar el caso de una pequeña de Acaxochitlán que decidió no casarse a su edad, pese a lo que decían sus padres. Ya no son abuelas tan jóvenes. Antes, a los 30 ya tenían nietos.

Sin duda, a la mujer le ha costado mucho esfuerzo y trabajo entender que una cosa son los usos y costumbres, y otra liberarse de tradiciones que la laceraban. Aunque hay quien sigue sosteniendo que su rol sigue teniendo tinte "marginal".

Lo que es digno de reconocerse es que los pueblos indígenas de Hidalgo pugnan día tras día por lo que les corresponde; quieren salir de la alta y muy alta marginación en que se ven sumergidos.
Su fortaleza milenaria la hacen patente cotidianamente, no sólo en esta entidad, sino en el resto de los pueblos distribuidos en territorio mexicano (62 pueblos en total).

LA MIGRACIÓN...
Luchan por no dejar sus raíces, enfrentan carencias, y algunos,

Cansados, dan pasos agigantados, recorren México para llegar a la frontera.

Ellos también quieren ser parte de la estadística, aunque no lo deseen, de los migrantes.

La migración reciente no es un fenómeno significativo entre la población hablante de lengua indígena; 1.8 por ciento de ella vivía fuera de la entidad en enero de 1995. Mientras que el total de la población de cinco y más años que recientemente cambió su residencia a Hidalgo, representa 4.6 por ciento.

Por otra parte, la mayoría de la población migrante proviene de las restantes 31 entidades de la República Mexicana, y en menor número del extranjero. Sin embargo, de los inmigrantes hidalguenses, los internacionales que hablan lengua de origen prehispánico constituyen 10.9 por ciento, y duplican en términos relativos a sus respectivos de cinco y más años, quienes representan 5.2 por ciento.

RESPALDADOS POR LA LEY... Y SUS USOS Y COSTUMBRES

Se dice que los indígenas no están solos, los respalda la Constitución.

El 28 de enero de 1992 se publicó un decreto donde se modifica un párrafo del artículo 4, en que se reconoce a los pueblos indígenas y su composición pluricultural.

Establecen que los usos y costumbres deben respetarse siempre que no estén en contra de lo que la Carta Magna establece.

La entidad tiene una significativa población indígena con sus usos y costumbres, tal es el caso de preservar los nombres tradicionales, aunque también hay una marcada influencia anglosajona.


Los Juan, María y José se han hecho a un lado; ya cambiaron los tiempos y, con ello, la costumbre igual se ha ido modificando.

Los niños son bautizados bajo la influencia de estereotipos como artistas y personajes de la televisión o cine. O con nombres gringos como Jordan, Michel, Jonathan.

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